¿Qué hago para mejorar la productividad?

Parece que para autónomos y pequeñas empresas llega un momento (picos de trabajo) que se nos hace acuciante la necesidad de rendir de forma más eficaz.

La clave es una buena organización, para lo que habrá que aprender a elegir bien los proyectos, priorizar tareas y controlar el estrés.

A parte de ayudarte con apps y herramientas de productividad, una buena gestión del tiempo será primordial para conseguir no agobiarse por el camino.

Todas las técnicas para mejorar la productividad laboral buscan minimizar el tiempo dedicado al trabajo y maximizarlo para nosotros mismos. Por ello, hay que aprender a optimizar los horarios, dedicándonos al trabajo en nuestras horas pico, es decir en nuestras horas de máximo rendimiento.

TÉCNICA POMODORO

Una de las técnicas de gestión del tiempo es trabajar en periodos intensivos de 25 minutos, sin interrupciones DE NINGÚN TIPO, es la única forma de lograr concentrarse. Seguidos de descansos de 5 minutos, sin hacer nada.

A este método se le llama TÉCNICA POMODORO. Para ayudarte a cumplirla a rajatabla, usa un temporizador para dividir los tiempos en intervalos fijos.

Una vez completados 4 POMODOROS, puedes hacer una pausa más larga.

Las pausas regulares mejoran la agilidad mental; evitan la multitarea para concentrarnos mejor en lo que estamos haciendo.

Si quieres saber más acerca de esta técnica, fue desarrollada por Francesco Cirillo a finales de los 80.

Cuál sería la mecánica básica:

  1. Decidir la tarea a realizar.
  2. Poner el temporizador.
  3. Trabajar en la tarea de manera intensiva hasta que el temporizador suene.
  4. Hacer una marca para anotar qué pomodoro se ha completado.
  5. Tomar una pausa breve.
  6. Cada cuatro pomodoros, hacer una pausa más larga.

Y así con cada una de las tareas propuestas para ese día. Recuerda que durante el pomodoro, el foco es otorgado a una sola actividad/tarea.

LEY DE PARETO O REGLA 80/20 APLICADA A LA PRODUCTIVIDAD EN EL TRABAJO.

El 80% de los beneficios de tu trabajo depende del 20% de tus clientes, o el 80% del éxito de tu trabajo proviene de un 20% de tus tareas. 

¿Cómo se aplica?

Muy sencillo, se trata de identificar  cuáles son tus actividades más importantes. ¿Cuál es el 20% de tus tareas diarias que genera los mayores resultados? Una vez tengas identificadas esas actividades, priorízalas.

De nada sirve tener una jornada laboral muy larga y llena de interrupciones, ya que esto nos hace perder el foco y romper con todas la planificaciones. Por eso hay que aprovechar los momentos en que el cerebro está despejado y rinde mejor, para realizar las tareas que requieren de una mayor concentración, ya seas pájaro nocturno o ave diurna. Si, por ejemplo, después de comer tu rendimiento baja mucho, invierte ese rato en tomarte un descanso, contestar emails o hacer las tareas más sencillas. En definitiva, organiza tus franjas de tiempo.

Identifica en qué horas trabajas mejor y organiza tus horarios en función de ello. Por ejemplo, puedes dedicar las mañanas a trabajar en tus proyectos más importantes y dejar las tardes para las reuniones, los eventos y la formación.

Sé sincero contigo mismo y evalúa el tiempo que pierdes en las redes sociales que no te aportan nada. Con el correo electrónico, cuántas newsletters recibes que ya ni siquiera lees, mejor darse de baja.

Siendo más productivo trabajarás menos.

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